Cada vez más gente se anima a las bodas alternativas. Lejos de los rituales más tradicionales los flamantes novios dan el sí con un toque personal. Ellas le dicen adiós al vestido blanco y a la ceremonia de las ligas, ellos en vez de corbata arrojan una muñeca inflable para los amigos, a la hora del baile el clásico trencito carioca quedó demodé y son muchas las parejas que llegan primeras al salón, sin generar expectativas, para recibir a los invitados.
Según los organizadores de bodas locales, cada pareja elige qué hacer y qué no en su noche de casamiento. "La tendencia la marca cada uno. No es una cuestión de lo que se usa sino de lo que ellos prefieren hacer y lo que los identifica", explica en contacto con Rosario3.com, Claudia Ferrario, wedding planner de la ciudad. Y añade: "Vos podés decirle que se puede hacer un camino de velas en el medio del campo para entrar en un carruaje pero si ellos quieren llegar en una moto lo harán así".
Los rituales tradicionales van quedando de lado y las bodas alternativas ganan terreno. Son muchos los que eligen no pasar por la iglesia pero tampoco recibir la bendición de un cura y un amigo suele ocupar ese lugar en la fiesta.
Con un texto informal describe a cada intengrante de la pareja y les da una especie de bendición para que el amor perdure entre los dos por mucho tiempo más. "A veces utiliza algún pasaje que puede ser propio de un cura, se puede improvisar el atuendo del párroco, pero casi siempre se hace natural, lo más informal posible y muy descontracturado", explica Clara Mariani, organizadora de eventos.
También hubo quienes hicieron su boda en el campo y se hicieron casar nada más y nada menos que por un gaucho. Y los rosarinos amantes del río eligen hacer la fiesta al mediodía o a la noche en los paradores del Paraná Viejo, frente a la ciudad.
Según las organizadoras de eventos, entre otras cosas, las novias le dicen adiós al vestido blanco y al ritual de las ligas. Lo que se sigue usando es el ritual del anillo, pero ya no con la cinta de la torta. Ahora, se ponen tangas de colores dentro de un jarrón de vidrio, las chicas meten la mano, sacan alguna y sólo una se lleva el anillo que está escondido en una de las bombachas.
"Los hombres no tiran la corbata. Lo que se hace es arrojar una caja, al que la agarra lo llevamos hasta un lugar donde la abre. En el interior hay una muñeca que hay que inflar y luego la lleva hasta donde están los demás para mostrarla. A partir de ahí, todos quieren una foto del grupo con la muñeca incluida", cuenta Gonzalo D´Stefano, planificador de eventos.
Lejos del "Pepepepe" del carnaval carioca, el cotillón la mayoría de las veces es temático. En algunas fiestas se utilizan videoclips para acompañar el momento del baile y se hace lo que se llama la "cabina de mensajes". "En una caja los invitados dejan salutaciones para la pareja", dice Mariani. Y hay fotógrafos que toman imágenes de los invitados levantando cartelitos con mensajes para los flamantes marido y mujer.
Los ingresos a la fiesta tampoco son lo que eran. De a poco se va saliendo de los clásicos carruajes o autos antiguos. "Lo más raro que me tocó ver en una fiesta fue que una pareja llegara en una bicicleta doble. También hay quienes llegan en moto y muchos están desde temprano en el salón para recibir a la gente, no como se hacía antes", explica Mariani.
Chamanes, meditación y uniones ecológicas
En Buenos Aires hay empresas que ya se han encargado de cumplir el sueño de quienes eligen una boda diferente al tradicional ritual católico. Velas, meditación en conjunto, creencias chamánicas y una boda ecológica son las nuevas opciones.
Entre las propuestas más solicitadas está el estilo vinculado a los ritos budistas, en el cual se realiza una ceremonia ambientada con velas, cantos de salmos, se interpretan cartas astrales y los novios reciben la bendición de un monje budista.
Otra tendencia fuerte, está vinculada al estilo de boda chamánica, donde se utilizan objetos que representen a los cuatro elementos: agua, tierra, aire y fuego.
Una alternativa más, es el eco-casamiento, en el que todos los invitados vuelven a lo natural. Por lo general, se realiza el evento en un campo o una quinta. Desde el catering hasta la decoración, incluso la vestimenta de los novios, están ideados para evitar la contaminación.
Toda la vajilla para bodas es reciclable, la comida debe ser con ingredientes sin conservantes y las alianzas se realizan con materiales biodegradables. Los souvenirs pueden ser bonsáis, semillas o minihuertas.
