A nivel comarcal, el Vallès Occidental refleja el descenso del número de bodas que se ha vivido en toda Catalunya y por primera vez en los últimos 36 años –desde que el Idescat publica las estadísticas– no se ha llegado a las 3.000 bodas entre matrimonios de diferente sexo.
Sant Cugat del Vallès es la ciudad catalana de más de 50.000 habitantes que goza de un mayor índice de bodas por habitante. En 2011 se han casado en el municipio 334 parejas, la segunda cifra más alta de los últimos diez años en Sant Cugat, solo superada el anterior año cuando hubo doce enlaces matrimoniales más. Esto supone que a lo largo de 2011, la tasa de nupcialidad en Sant Cugat se sitúa en 4,1 matrimonios cada 1.000 habitantes, mientras que la media catalana se fija en 3,5 por cada 1.000.
La otra cara de la moneda también la encontramos en el Vallès Occidental, en Cerdanyola del Vallès. Cerdanyola es, junto a Esplugues de Llobregat, la ciudad de más de 50.000 habitantes con menor tasa de nupcialidad de toda Catalunya con 2,6 matrimonios por cada 1.000 habitantes. Durante 2011 hubo un total de 149 bodas en Cerdanyola, un 18% menos que el año anterior. Nunca desde 1976, desde cuando Idescat publica cifras al respecto, había habido un número de bodas tan bajo en Cerdanyola.
Menos de 3.000 bodas en el Vallès
En menor proporción que Cerdanyola, pero todo el Vallès Occidental, salvo contadas excepciones, ha sufrido un descenso en el número de bodas durante el año 2011. De hecho, el año pasado, por primera vez desde 1976, se contabilizaron menos de 3.000 matrimonios entre parejas de diferente sexo en toda la comarca.
Un ejemplo es Rubí, que en los dos últimos años ha visto como el número de bodas se reducía casi a la mitad –en 2011 registró 228 matrimonios, un 42% que en 2009–. Incluso en la Gallifa, municipio vallesano de poco más de 200 habitantes, donde en 2010 hubo dos nuevos matrimonios y en 2011 no se registró ninguna nueva boda.
El otro extremo de la balanza lo protagoniza Terrassa, población vallesana con mayor número de bodas durante el año pasado, con un total de 786 enlaces matrimoniales, un 4,5% más que el año anterior. Este crecimiento sitúa a Terrassa con una tasa de nupcialidad de 3,8 matrimonios cada 1.000 habitantes, la tercera ciudad de más de 50.000 habitantes de toda Catalunya con mayor índice de bodas, tras Sant Cugat del Vallès y Castelldefels.
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