La batalla entre aquellos a favor y en contra de la boda gay en Francia pasa de las calles al Parlamento.
El tratamiento sin pausa del proyecto de ley sobre el matrimonio y la adopción para todos, comienza este martes y durará entre 12 y 15 días, hasta las dos de la mañana y fines de semana incluidos.
Si bien el texto debería superar la votación, nada le asegura una victoria plena a la izquierda.
Afecta el número de cambios presentados por la oposición, 5.362. Para los socialistas se trata sólo de "distractivos" para complicar el trabajo de la mayoría y volver pesado el debate.
Claude Bartolone, presidente de la bancada del Partido Socialista en la Asamblea, está organizando los denominados "turnos de presencia".
La idea es evitar el fiasco de 1998, cuando la derecha aprovechó en la sala la ausencia de numerosos diputados socialistas para oponerse al proyecto sobre uniones civiles.
En aquel entonces, los socialistas fueron obligados a debatir un nuevo texto un mes después.
Como sucede a menudo en la vigilia de los debates parlamentarios, las polémicas no faltan.
La última hace a la cobertura televisiva que las dos principales redes noticiosas reservaron a las manifestaciones de ayer, que llevaron a las calles de París entre 125.000 y 400.000 personas que apoyan el matrimonio gay.
BFM Tv y I-Tele fueron cuestionadas por haber preferido seguir en directo la llegada de la carrera náutica Vendee Globe en vez de darle espacio a la marcha parisina.
El 13 de enero, cuando hubo una marcha de entre 350.000 y 800.000 personas contra las bodas gay, las mismas cadenas habían sido acusadas de exceso de celo. Incluso las autoridades audiovisuales fueron alertadas.
Independientemente de las movilizaciones en las plazas, "no hay duda de que el texto será votado", subrayó el premier Jean Marc Ayrault.
El 63% de los franceses lo apoya, pero sólo el 49% también comparte la apertura a la adopción, según una encuesta de Ifop.
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