miércoles, 20 de febrero de 2013

Un palé de ladrillos en la lista de bodas


Vanesa y Francisco entran en Er Banco Güeno para celebrar una boda poco convencional. Ninguno de los dos va vestido de novio ni después de la ceremonia les espera un banquete, pero sí tienen padrinos, invitados y alianzas para sellar su compromiso ante la expectación de decenas de vecinos deseosos de asistir a la primera unión del barrio con fines reivindicativos. 
Y es que el enlace de estos dos jóvenes activistas del 15-M va más allá de jurarse amor eterno. Con él persiguen otras causas relacionadas con el proyecto social que se ha gestado en La Palma-Palmilla a raíz de ocupar una sucursal bancaria.
«Queremos llamar la atención con una idea distinta llena de buenos sentimientos, algo que nunca está de más y, al mismo tiempo, promover la rehabilitación de la Casa de la Buena Vida, cuyo estado es ruinoso», comenta la novia. Por ello, la pareja de activistas ha puesto su lista de bodas ficticia al servicio de la reforma del centro de inserción social, un gran caserón ubicado a las afueras de La Palmilla que acoge a medio centenar de personas adictas a las drogas, al alcohol y con escasos recursos económicos. De hecho, la mayoría vivían en la calle.
Así que en vez de vajillas o pequeños electrodomésticos, los novios sugieren como regalos cinco palés de ladrillos, sacos de cemento, placas de pladur, latas de pintura, solería y hasta un camión de arena para acometer los trabajos. La lista completa la leyó el abogado de la plataforma Er banco güeno, que ofició la ceremonia sin ocultar su malestar con la crisis. «Para que los case un político corrupto o un cura pedófilo, un abogado loco como yo, defensor de causas como la Casa de la Buena Vida y otros proyectos que no obedecen a las normas socialmente aceptadas», dijo José Cosín.
La pareja, por su parte, aclaró que la boda surge como protesta «respetuosa» enfocada «a hacer ruido». «Qué mejor forma de ayudar que cediendo materiales de construcción para hacer de esa casa un hogar digno. Solo buscamos el despertar de la ciudadanía», declaró Francisco Molero. A sus 24 años, este educador aún se ve joven para casarse, «pero si es por una buena causa, lo haría de verdad», bromeó. Mientras, su chica, terapeuta ocupacional no descarta pasar por el altar, «aunque de momento nos estamos conociendo», insistió.
Junto a los materiales la plataforma de La Palmilla también acepta donaciones en metálico en la sede de la calle Francisco de Cárter, pero para evitar suspicacias abogan porque los interesados en colaborar aporten los materiales de forma directa. Los 'contrayentes' confían en que la iniciativa tenga resultado y el caserón promovido por los mismos vecinos para dar cobijo y refugio espiritual a extoxicómanos se rehabilite en las próximas semanas.
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