Un 5 de diciembre, pero 60 años atrás, María Antonia González y Omar Souto daban el "sí" en la parroquia San Francisco. Con un feliz camino recorrido que también incluye los siete años de novios, hoy celebran las bodas de diamante en su casa de 72 y 26.
“Nos presentaron en un pic-nic de Punta Lara, teníamos 16 años y enseguida congeniamos, aunque las cosas no eran como ahora. Cada vez que salíamos me encajaban a una de las hermanas para que nos acompañen”, recuerda Omar quien se ganó la vida como empleado ferroviario y vendedor ambulante.
María asegura que lo que menos le gustó de Omar fueron sus ojos grises y que a fuerza de insistirle fue que ella le llevó el apunte.
Omar con su simpática verborragia cuenta que su esposa “gracias a Dios” no tuvo que trabajar nunca. María con una cálida sonrisa, asiente y recuerda cuando esperaba a su esposo con el pastón preparado para que el pudiera levantar ladrillo a ladrillo la casa en la que crecieron sus hijas Mirta y Silvia.
“Yo empecé a trabajar a los 6 años y a los 12 ya era la mano derecha de mi casa. Siempre me las rebusqué para que a mi familia no les faltara nada y vivimos de primera”, asegura Omar.
El tango fue otra de las pasiones que compartió el matrimonio y danzaron al ritmo del dos por cuatro hasta hace un par de años. Con el ritual de quienes toman el baile con el rigor profesional siempre fueron a la milonga bien “empilchados”. “Hay que tener respeto por el tango por eso siempre nos arreglamos muy bien para salir a bailar”, cuenta Omar
Toda la información a cerca del alquiler mobiliario para bodas la encuentras en Carpas Ck
No hay comentarios:
Publicar un comentario