El ritual eclesiástico sigue siendo la fórmula matrimonial más recurrida por las parejas de la comarca dezana para formalizar su unión, aunque las ceremonias civiles van ganando adeptos. Entre ellas, están las realizadas por los alcaldes y ediles de las diferentes corporaciones municipales que, a lo largo de 2012, ha oficiado un total de veinte casamientos en Deza.
Lalín y Silleda suman el 75% de las ceremonias civiles oficiadas en los consistorios. Trasdeza es el municipio que encabeza el ranking. A lo largo del pasado ejercicio -el primero en que comenzó a cobrar por oficiar las ceremonias-, ocho parejas formalizaron su unión, con la alcaldesa o un edil como maestros de ceremonias. Es exactamente el mismo número que el registrado en 2011. Por su parte, el municipio de la capital dezana celebró el pasado ejercicio siete bodas, experimentando una importante subida con respecto al año anterior, en que tan solo una pareja optó porque les casase un concejal.
En el resto de los municipios de la comarca, el balance es mucho más modesto, motivado también por el hecho de contar con un menor número de vecinos. En Vila de Cruces tan solo una pareja se casó en el Concello, si bien en 2011 fueron cinco las que eligieron hacerlo mediante este método. Ese mismo año, otras tres sellaron su unión acudiendo directamente al juzgado, y 16 lo hicieron por la Iglesia. La primera boda realizada por un miembro de la corporación en el municipio cruceño fue el 14 de mayo de 2004. Desde entonces, se han oficiado un total de 21. De ellas, 15 fueron realizadas por el alcalde, Jesús Otero, y las otras seis por alguno de los ediles que formaron parte de los gobiernos en los últimos nueve años.
En Rodeiro, de los seis matrimonios que se sellaron el anterior ejercicio, dos se celebraron en el consistorio y los otros cuatro lo hicieron ante el altar. En 2011, computó también un total de seis matrimonios. Según datos facilitados por el Registro municipal, hubo tres ceremonias religiosas y otras tres civiles en el Concello.
En Dozón, dos parejas recurrieron a un miembro del gobierno local el año pasado para unirse en matrimonio, y otras dos optaron por el oficio religioso, según datos del Registro local. Esto demuestra un incremento con respecto a hace dos años, en que las dependencias municipales únicamente tienen constancia de un casamiento por la Iglesia.
Por su parte, Agolada es el único municipio de la comarca que en 2012 no registró ninguna unión civil oficiada por ediles. Sí hubo dos religiosas y una formalizada directamente en el propio juez. Supone, exactamente, la mitad de las ceremonias registradas en 2011 (6), una menos que hace tres años.
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